La amazonia llora sus muertos

Moyobamba. La totalidad de comunidades indígenas de Alto Amazonas, Yurimaguas, estan pidiendo la vacancia del presidente por la matanza perpetrada en la Amazonía. Y tambien se estan solidarizando, con Alberto Pizango y le piden no retroceder a pesar de las presiones que ahora tiene.
Yurimaguas vía Rpm. Dirigentes indígenas de las etnias shawis, chayawitas, candoshi, cocama-cocamilla y shibipibos, que mantienen bloqueada la carretera Tarapoto-Yurimaguas, provincia de Alto Amazonas, responsabilizaron de la masacre de Bagua (Amazonas) al presidente Alan García, y manifestaron que su protesta continuará hasta que el Congreso derogue los decretos legislativos que los afectan.
Luis Huansi representante del pueblo shawi, quien es pariente del líder de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), dijo que los pueblos indígenas demandan que el presidente García sea vacado del cargo por incapacidad moral, por las decenas de nativos (sin cifras oficiales) que han sido asesinados.
“Pizango tiene el respaldo de las comunidades indígenas y le exhortamos que no dé un paso atrás. García Pérez no debería renunciar; más bien debería aprobarse la vacancia presidencial de inmediato”, dijo.
Tambien dijeron que respaldan la labor de Pizango y se solidarizaban, ante la orden de captura en su contra dictada. Mientras tanto se mantendrán firmes en sus propósitos y sus `pueblos no van a caer en la trampa que los tiende el Gobierno.
Carretera continua tomada
Por información proporcionada se da cuenta que hay cerca de 4 mil manifestantes indígenas que ocupan un tramo de casi 2 kilómetros de la vía Tarapoto-Yurimaguas, a la altura del kilómetro 4 y medio, en Yurimaguas. Pero antes, antes de llegar a ese lugar, hay dos tranqueras en los caseríos de “Nuevo San Juan de La Libertad” y “30 de Mayo” que impiden el paso de vehículos pesados. Por su parte los nativos están viviendo en chozas con techo de plástico y alimentándose en ollas comunes.
Mientras tanto se percibe, dice la fuente, mucho resentimiento en el aire y asombro en los miembros de estas comunidades, por la brutal represión y los muertos. Los pobladores de los caseríos cercanos indicaron que la Policía Nacional no ha intentado desalojarlos aún, y que mantienen diálogo con ellos.