EDITORIAL

Sigue el gobierno en sus trece

Los sucesos acaecidos estos últimos días perecen ser instantes aciagos (infelices) para la amazonia en su conjunto, pero hechos como estos no deben amilanarnos, todo hecho aun si es malo merece nuestra reflexión y considerando la protesta del pueblo peruano y su solidaridad con la amazonia, significa que nadie tiene que llorar sobre leche derramada.
La represión desatada por el gobierno y su actitud soberbia e intransigente a partir del descontento que ha generado su política de exclusión social frente a las comunidades nativas, refleja a ese Perú descrito y denunciado por Basadre, tito flores y Daniel Valcárcel, el Perú de las grandes injusticias e inequidades, de impunidad, exclusión y abismos sociales, porque si el fujimorismo es el odrísmo de estos días, ahora Alan García se ha empeñado en parecerse a Leguía en su vocación entreguista y modales anti democráticos.
Ese Perú de los abismos sociales, las dictaduras, de los pocos que tienen demasiado y de los muchos que no tienen nada. Ese Perú retrato de una republica bananera, sin institucionalidad y con una clase dominante sin más propósito que servirse de lo que se puede extraer y vender rápido, usurera hasta los tuétanos, incapaz de dirigir procesos de institucionalización y hostil a la democracia, tiene en García y su discurso político el gobernante a su medida.
Ahora la clase dominante, esa derecha zafia nos quiere imponer un libreto; perennizar el acaparamiento de la riqueza y lo hará a costa de lo que fuere, incluso de usar las armas. Cuanto permitiremos que sea así o caeremos en la provocación que termine con una solución fascista al no contar con alternativas coherentes que busquen reivindicaciones concretas para la mayoría de los peruanos.
Una vez mas la posibilidad de contar con un país de instituciones cabales y democráticas, menos injusto, en suma un país civilizado que nos represente de verdad sigue siendo esquiva.